Pesca de Sabalo con sorpresa

Tremenda lluvia en Miami y mi hijo haciendo planes para ir a pescar Sábalos. Y Yo que soy más loco que él me gusto la idea y nos fuimos. Cuando llegamos el cielo se despejo y había una gran calma en la bahía de Biscayne. Esa calma no duro mucho ya que la primera carnada fue arrebatada en menos de un minuto por tremendo Sábalo alrededor de 120 libras. Saltaba fuera de control rompiendo la superficie y sacándole pita al carrete. Se formo el corre corre, pero todos sabíamos cual era nuestro trabajo en ese momento. Mi hijo tratando de dominar aquel fenomenal ejemplar, un amigo nos alumbraba la línea en la oscuridad y yo manejaba el barco, un esfuerzo de equipo para lograr la captura. En pocos minutos el sábalo estaba a unos pies del barco y nos dio un show increíble de saltos espectaculares, y fue cuando empezó la larga pelea. Era una batalla de quien se venciera primero, pero ese reto es el que hace que esta pesca sea una de las favoritas de mi hijo. Eso me pone nervioso a mí, más de lo común, y con cautela posicionaba el barco para siempre tenerle la delantera al Sábalo. Después de unas cuantas veces tenerlo cerca, pude al fin aguantarlo con el bichero para que mi hijo le tocara la cabeza en reconocimiento de la gran pelea que nos brindo. Felicitamos a mi hijo y rapido viramos al mismo lugar buscando mas acción. Otra vez la carnada no duro más de un minuto, y la vara se doblaba de mala manera. Una gran batalla se desenvolvía pero este pescado estaba actuando diferente. Cuando lo pudimos pegar al barco mi hijo de pronto grita “PERMIT”, “BUSCA EL BICHERO”, y cuando vi aquel ejemplar de Palometa con rapidez le enterré el bichero para subir aquella belleza. Mi hijo y yo nos reíamos de carcajadas de la gran alegría, y nuestro amigo nos miraba con cara de confusión y eso nos hizo reírnos más fuerte todavía. Nuestro amigo a ser un novato en esta pesca, pensó que la palometa no era tan cosa al no haber sido un Sábalo como esperábamos. Pero todo lo contrario, esa Palometa es un trofeo. La tremenda acción nos duro unas cuantas horas entre los rápidos enganches y las largas batallas de otros buenos ejemplares que nos dieron un buen show y probaron nuestros avíos hasta el límite. Esta pesca de Sábalos grandes nos trae buenas memorias a mí y a mi hijo, desde los 9 años el comparte estas aventuras conmigo y cada vez tenemos nuevas anécdotas y capturas para nuestra historia. Nos fuimos contentos y realizados por la gran pesca y compañía.

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El Cajil